¿Cuántas veces hemos escuchado decir que el principal defecto de tal o cual persona es que se va por las ramas? Seamos concretos, él es disperso.
De vez en cuando nos topamos con interlocutores que parten hablando de Condorito luego, se van por las ramas, y luego los vemos hablando de Salvatore Adamo. En esos casos es fundamental tratar de seguir la conversación, puesto que no sería raro que, dentro de los próximos minutos, estemos hablando de Matrix, La pérgola de las flores, Mafalda, o La Divina Comedia. No hay qué preocuparse, porque finalmente volverá a hablar, sí o sí, de Condorito.
Las razones que tiene cada uno para irse por las ramas son personales y no tenemos por qué descubrir – ni nos corresponde – las conexiones que cada uno hace para pasar de Mafalda a Adamo o del Dante a la pérgola. Es cierto, la conversación se hace más confusa, sin embargo, resulta más atractiva.
Hablar de un solo tema puede resultar muy tedioso.
Hoy cuando vivimos la sociedad de la especialización y nos encontramos con profesionales avocados a tareas específicas de un área del conocimiento (traumatólogos especialistas en rodilla, codos o nariz, ingenieros especializados en carreteras interurbanas, rutas secundarias o rurales y dentistas expertos en caninos o molares, etc.) debemos considerar lo peligroso que puede ser un tronco sin ramas.
Ejemplos de lo anterior los vemos a diario y no hay nada más humano que huir del monotema.
Como ejercicio sobre el caminar por las ramas, propongo centrarnos en un tema que acapara los titulares y que a la mayoría del país le puede ser indiferente. Su tronco es el fútbol. La Universidad de Chile, uno de los mal llamados “clubes grandes” lleva muchos años en la parte inferior de la tabla, intentando no descender a 1era B. Distintos dirigentes sociales, deportivos, culturales y académicos se preocupan año a año frente a esta posibilidad y, mientras algunos creen que hay que salvar a la Chile de todas maneras, otros, insisten en que puede ser una buena instancia para refundar el club de sus amores. Muchos hinchas recuerdan que fue en tiempos de la dictadura cuando se formó la CORFUCH, causante de la primera debacle de la U, con Ambrosio Rodríguez, abogado de Pinochet, a la cabeza.
La destrucción de la U y el impacto de la dictadura en esto nos hace caminar por las ramas y recordar la Universidad mandada por rectores delegados que aparecían a cargo de la institución como si les hubiera destinado dirigir un regimiento. Los más viejos recordamos al General Medina Lois llegando en paracaídas a la universidad, ante los ojos atónitos de los académicos, reunidos en torno a la Agrupación Andrés Bello. Cabe señalar que este alto oficial fue acusado de homicidio en el 2006. La comunidad universitaria daba una heroica lucha para salvar una institución, que había sido transformada en universidad regional por un grupo de profesionales – especialmente egresados de la UC – que querían quitarle el poder a esta instancia laica donde había estudiado gente tan variopinta como Arturo y Jorge Alessandri, Salvador Allende y Pedro Aguirre Cerda.
Al ver lo ocurrido en la Universidad de Chile durante la dictadura y los grupos humanos que se organizaron para defenderla, nos vamos por las ramas y llegamos a la ACU, (Agrupación Cultural Universitaria) Este era un grupo de estudiantes, nacidos en el Taller de folklore de la Escuela de Ingeniería, los grupos de teatro de Medicina y Arquitectura y los talleres literarios del Pedagógico que se juntaban a recuperar el sentido universal que debía tener aquella casa de estudios que, entre otras instituciones, había formado el Teatro Nacional, la Orquesta Sinfónica y el Ballet. A esa instancia llegaban jóvenes militantes e independientes que veían que su vida universitaria debía ir más allá de tomar ramos de Cálculo I, Lingüística o Microbiología. Allí nacieron grupos musicales como Aquelarre y Santiago del Nuevo Extremo, talleres de teatro como el Teniente Bello, Cercha y el Psstt y participaron escritores como Armando Rubio, Bárbara Délano y Rodrigo Lira.
La ACU, formó parte de diversos colectivos juveniles que, a través del arte y la cultura, dieron su lucha contra la dictadura. La UEJ, la APJ el Teatro Joven, la Agrupación Cultural Santa Marta, más otras agrupaciones reunidas en torno a parroquias y Centros Juveniles representaban una forma de enfrentar la incertidumbre que se vivía en un país donde, como recordara Gustavo Meza, estaba prohibido el charango por ser un instrumento altamente subversivo. Al poco tiempo estos grupos formaron la ANCECUJ (Agrupación Nacional de Centros Culturales Juveniles) y luego se conforma el Coordinador Cultural. Una noche de 1984, en la Casa de Ejercicios de Padre Hurtado- de propiedad de los jesuitas – se realiza un congreso y se recibe a los invitados con don Roberto Parada declamando la Apología de Sócrates. Don Roberto es padre de uno de los degollados por la dictadura el sociólogo José Manuel Parada.
José Manuel Parada, junto a los hermanos Vergara y Juan Maino, entre otros, nos hizo darnos cuenta calificábamos a nuestra gente por la forma en que habían muerto. Un día conversábamos de los degollados, otro de los quemados, a la semana siguiente de los falsos enfrentamientos o los detenidos desaparecidos. Todos éramos parte de la misma enfermedad.
Si de enfermedades se trata, podemos irnos por las ramas y llegar a cualquier parte.
¿Alguien puede decir que no nos hemos ido por las ramas?
Nadie. En poco más de una página hemos hablado de Ambrosio Rodríguez, Rodrigo Lira, Gustavo Meza, el General Medina, Don Roberto Parada, los jesuitas y la ANSCECUJ. Es altamente probable que, de no hacerlo, no hubiese podido llenar estas líneas hablando sólo del mal desempeño del club de mis amores.
(Es responsabilidad de los lectores como se vuelve al fútbol)
3 comments
Francisco Javier Zañartu es brillante y se pone ahí donde está el sol para que no se le note. Su humor sin estridencias se queda ahí reposado… para quien quiera descansar un rato sin perder el tiempo. (Aplaudo)
Muy buena tu rama, Pancho. Me habría gustado que contaras que la idea de Irse por las ramas te la refrescamos el equipo de colegas de la Umayor que estamos certificándonos en la metodología Pretextos. Esta ,dirigida por Doris Sommer de la U. de Harvard, tiene como principio Irse por las ramas para hacer una lectura crítica con los/as estudiantes. Qué bueno que la expresión , seguramente ya conocida,! te volvió a hacer sentido!!
Excelente!
Una vuelta por el Chile verdadero que algunos quieren olvidar. De eso somos, de nuestros muertos y de fútbol