Estimado Señor Director:
Vengo siguiendo con mucha atención el asunto de la reforma tributaria. Tan agitada como confusa, en esta última semana. En su hora fatal me permito comentarle lo que me ha provocado el tema.
Quedó clarito que en la oposición (es) no hay un criterio común y en definitiva la cosa va por la capacidad del Ministro de Hacienda de poner unos cuantos morlacos más para lo que llaman una compensación.
En medio de la majamama de explicaciones se me vino el recuerdo de una película que se llamaba “Por unos dólares más”. Notable western de Sergio Leone. Es decir algunos en la oposición votarán a favor si aparecen esos dólares más. Que es precisamente lo que se están tragando buena parte de los diputados DC y connotados radicales.
Qué es eso de la compensación. Como se recauda menos al bajar los impuestos a los más ricos, (800 millones de dólares) la oposición reclama compensarlo. El argumento de Piñera es que si se les baja la tasa impositiva, la plata que les quedará en la faltriquera se usará para inversión, ergo, crecimiento y empleo.
El puntito es que la compensación no llegaría ni siquiera a los 400 millones de verdes.
Siguiendo con esta analogía cinematográfica del cine western, se acordará usted de la música de Ennio Morricone que le ponía suspenso a la película “EL BUENO, EL MALO Y EL FEO”. Fíjese que, en medio de este embrollo, el bueno podría ser Blumel, la cara afectuosa del gobierno; el malo, el comunista Daniel Núñez que se opone con dientes y muelas; y, finalmente, el feo es Lorenzini, porque es tal cual.
En medio de la majamama de explicaciones se me vino el recuerdo de una película que se llamaba “Por unos dólares más”. Notable western de Sergio Leone. Es decir algunos en la oposición votarán a favor si aparecen esos dólares más. Que es precisamente lo que se están tragando buena parte de los diputados DC y connotados radicales.
Siguiendo con esta analogía cinematográfica del cine western, se acordará usted de la música de Ennio Morricone que le ponía suspenso a la película “EL BUENO, EL MALO Y EL FEO”. Fíjese que, en medio de este embrollo el bueno podría ser Blumel, la cara afectuosa del gobierno; el malo, el comunista Daniel Núñez que se opone con dientes y muelas; y, finalmente, el feo es Lorenzini, porque es tal cual.
Ahora bien, ya en esta cuerda, algo disparatada dirá usted, no olvido a Humphrey Bogart y su parecido con Ponce Lerou en “El Tesoro de la Sierra Madre” que significa, precisamente, el negocio del litio.
Ahora bien, ya en esta cuerda, algo disparatada dirá usted, no olvido a Humphrey Bogart y su parecido con Ponce Lerou en “El Tesoro de la Sierra Madre” que significa, precisamente, el negocio del litio.
Me parece de toda justicia agregar otra notable película del oeste que se llamaba “High Noon”, en español: “A la Hora Señalada” donde Gary Cooper se enfrenta sólo a tres forajidos. Entonces, como en “La balada de un loco”, medio volando, medio soñando, con medio melón en la cabeza, se me vino la imagen de Lagos (el capitán Planeta) enfrentando a Bush, Toni Blair y Bigote Aznar, para rechazar la invasión a Irak.
¿Y usted habrá visto? ó ¿es muy joven? la película “La diligencia” en que John Wayne se parece a Andrés Allamand en su fallida diligencia del Desalojo. Duro de cara, el senador, como Wayne.
Me parece de toda justicia agregar otra notable película del oeste que se llamaba “High Noon”, en español: “A la Hora Señalada”, donde Gary Cooper se enfrenta sólo a tres forajidos. Entonces, como en “La balada de un loco”, medio volando, medio soñando, con medio melón en la cabeza, se me vino la imagen de Lagos (el capitán Planeta) enfrentando a Bush, Toni Blair y Bigote Aznar, para rechazar la invasión a Irak.
Otra cinta del oeste (western, para nosotros los anglófonos) que le viene al pelo a nuestra realidad política es el “Tren de las 3:10 a Yuma” pues se trata del combate y la represión a la delincuencia que debe llevar adelante el Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Me parece reconocer en la película el parecido físico de Andrés Chadwick con Van Heflin, duro, inexpresivo, de seño fruncido y a su prisionero, trasladado a la cárcel de Yuma, el encantador Glenn Ford, algo así como MEO, pienso.
¿Y usted habrá visto? ó ¿es muy joven? la película “La diligencia” en que John Wayne se parece a Andrés Allamand en su fallida diligencia del Desalojo. Duro de cara, el senador, como Wayne.
Discúlpeme nuevamente pero esta verdadera obsesión por el cine western, me lleva a seguir con otras semejanzas. Fíjese que el Frente Amplio se parece a “La Pandilla Salvaje” notable película de Sam Peckinpah, donde un grupo de hombres (William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan y Emilio Fernández) como si fueran Jackson, Boric, Hirsch y el senador Latorre intentando llevarse el botín del asalto a un banco, algo así como el botín en la oposición.
Me estoy alargando. Recurriendo a mi sensatez vuelvo con esto de la reforma tributaria. Una antigua y notable película western es “Murieron con la botas puestas” con un papel notable de Errol Flynn. Al ministro Larraín le vendría bien ponerse el bigotito de aquel afamado actor. Se vería cool.
Sin embargo lo más notable en el paralelo de esta filmografía western con nuestra realidad actual, lo encuentro en el “Llanero Solitario”. Es lo más parecido a nuestro Presidente Piñera. Se las arregla sólo, conversa con los partidos de la oposición él solito, no lleva ni de apunte a sus ministros del llamado comité político.
Sin embargo lo más notable en el paralelo de esta filmografía western con nuestra realidad actual, lo encuentro en el “Llanero Solitario”. Es lo más parecido a nuestro Presidente Piñera. Se las arregla sólo, conversa con los partidos de la oposición él solito, no lleva ni de apunte a sus ministros del llamado comité político. Cree que se la puede sólo contra todos sus contradictores y de paso descalifica a sus colaboradores (excepto a Toro, a quien recurre cuando está jodido y que no sabemos quién es). Algo fascinante en el entorno de este personaje del western es la lealtad de su caballo: Silver, que en nuestro idioma es Plata. Justo lo que más le gusta a nuestro Presidente.
Algo fascinante en el entorno de este personaje del western es la lealtad de su caballo: Silver, que en nuestro idioma es Plata. Justo lo que más le gusta a nuestro Presidente.
Agradecido de su atención y paciencia
Luis de las Rocas.