En esta columna no se pretende ni se trata de tirar piedras, rocas, guijarros, paveés o adoquines, ni tampoco tirar sustancias de Chillán o marshmellows contra alguien o contra nadie. El autor de esta columna tiene un arsenal de esta diversidad de municiones en su Santa Bárbara.
Dicho esto quisiera disparar lo siguiente.
Mi disparo, según presumo, no está en las categorías señaladas. Creo más bien que podría convertirse en una bomba de racimo. Saludos a Cardoen afamado emprendedor en este tema.
Resulta señor Director que se ha producido un movimiento de piezas importantes en los dispositivos claves del Gobierno. La jefa de la División Jurídica del Ministerio del Interior se nos va. Y su reemplazante es el jefe de gabinete del Contralor Bermúdez, para trabajar directamente con el Ministro Chadwick (jefe de gabinete) y Vice-Presidente cuando nuestro mandatario anda de viaje (con o sin hijos, da lo mismo).
El asunto me ha llamado la atención por lo siguiente: durante algún tiempo y en especial en la semana pasada, varios personeros de los partidos de derecha, han insistido que la tarea de aprobar proyectos en el congreso (Cámara y Senado) no resulta, por la obviedad que todos sabemos. Piñera no tiene mayoría en ninguna de esas instancias. Por tanto, sería una tontería insistir en aprobar iniciativas de ley en tales condiciones.
Entonces, como han reclamado los personeros citados, mejor gobernar por decretos. Y aquí viene la razón del movimiento de piezas aludido. El jefe de gabinete del Contralor, ahora como jefe jurídico del Ministerio del Interior estaría encargado de enviar los decretos a la Contraloría para su “toma de razón”, la cosa parece bien aceitada, transfusión o correa transportadora. Naturalmente supone que todos los ministerios tienen que internalizar la estrategia. Para eso está Chadwick.
Recordemos que en esta misma semana el Contralor nos comunicó que en los viajes de los hijos del Presidente no había problemas. Algo así como el test de la movida.
Nuestro Presidente, todos sabemos, es un tipo audaz y sabe utilizar herramientas y cartas bajo la manga o conejos en la chistera.
Esto de gobernar por decretos es posible para conseguir muchas cosas que sus opositores en el parlamento le van a negar. Se trata de la doctrina Novoa (no del Jovino UDI que por supuesto aconsejaría actuar así) sino de Novoa Monreal, abogado asesor de Allende y que descubrió los resquicios legales.
Recordemos que se trataba de revivir la vigencia de decretos promulgados durante la República Socialista de 11 días en 1932. Es decir, Piñera reivindicaría esa epopeya socialista. Asombroso.
Entonces, decretos enviados a la Contraloría en la circunstancia de las cercanías descritas pasarían coladas. A gobernar por decretos es la consigna. Y así nos olvidamos del bueno de Blumel y sus ingenuos intentos de acordar en el congreso sus temas.
Finalmente disparo una sustancia de Chillán: la película de Alexis, no ganará un Oscar ni tampoco en Cannes (a pesar de sus dos lindos canes).
Luis de las Rocas.