En esta columna no se pretende ni se trata de tirar piedras, rocas, guijarros, paveés o adoquines, ni tampoco tirar sustancias de Chillán o marshmellows, contra alguien o contra nadie. El autor de esta columna tiene un arsenal de esta diversidad de municiones en su Santa Bárbara.
Ha sido una semana compleja de definir con tantas circunstancias y eventos protagonizados por los llamados mandatarios o jefes de gobierno.
Cómo ignorar al bruto de Trump, frases, twuits, caras y muecas mediantes. Si no fuera por sus nefastas consecuencias podríamos decir que son simples payasadas.
Ahora se nos agregó otro al bestiario: Johnson, en Inglaterra, que además es parecido a Trump y le compite con sus asertos para el bronce.
Mientras, Bolsonaro no para. Vamos a explotar las minas en la Amazonía ¿y qué? Nombró a su hijo embajador en USA. Recuerdo el caso de un presidente que le falló el nombramiento de un hermano en esa categoría.
A propósito agregamos a nuestro mandatario. Cada vez más gracioso. Va a todas las paradas. En las pichangas de futbol que suele jugar, patea el corner y corre a cabecearlo para meter el gol. Sale disparado hacia la tribuna contraria y a esa hinchada le hace un pato Yáñez.
Todos los mencionados tienen algo en común y en chileno se denominan “camorreros”. Les gusta la pelea. Se satisfacen y les encanta que así se les defina. Autoestima grande y ego equivalente.
Sin pretender ser ofensivo, todo indica que caminamos hacia un mundo gobernado por payasos peleadores. Aunque sean divertidos, también son una amenaza.
Considerando el ambiente global que han generado, me enteré que se ha abierto un concurso internacional para elegir al Rey del Club de la Pelea. Ciertamente nuestro Presidente debe participar. Sus asistentas caen de maduras: Marcela Cubillos y Cecilia Pérez. No se pierden ninguna rosca y en eso imitan al jefe.
Me acabo de enterar que los asesores comunicacionales que aplauden la más que frecuente asistencia de Piñera a los matinales de la TV, ahora están evaluando el autoproclamado éxito del matinal de Cathy Barriga en Maipú. Hasta han propuesto el nombre del programa: OYE A LA MONEDA. Sería un éxito porque, a pesar de todo, tenemos un mandatario chistoso.
Luis de las Rocas.
1 comment
Muy buena la carta de Luis de las Rocas. Con ironía toda la verdad