Los estudiosos de la chilenidad han descubierto que septiembre es total. Es decir, pasan muchas cosas. Y por eso no me pierdo ninguno de sus hitos, desde la chicha de Quilicura o Curacaví hasta algún rodeo y visitar una fonda y la parada militar. Y qué decir de las empanadas chilenas cotidianas desde el 15 hasta el 19, acompañando buenos asados con carne argentina con longanizas de Antilhue y chorizos de Melipilla.
También le pongo atención a los circos y a los volantines que ahora vienen elaborados de China. Globalización que le llaman los entendidos.
Pero lo más simpático de Septiembre son los circos. Ninguna ciudad o pueblo de Chile deja de presentar sus circos, precedidos en las fondas por payadores. Nuestro Presidente se las dió de payador. No le resultó muy bien. Cree que se las puede todas.
En el asunto de los circos su gobierno se sacó notables notas. Veamos. Por ejemplo, en la zona sur metropolitana de Buin se presentó el Circo de los Hermanos Monckeberg que son políticos de por ahí. Pero le salió competencia del Circo Bavaria de los Hermanos Kast, que también son del territorio. No tenemos aún el rating de cada uno.
En Colina pasó algo curioso. El Presidente de RN, Desbordes excarabinero y diputado por la zona, pidió que le mandaran al Orfeón y el Cuadro Verde. Le dijeron que no había plata porque se había ido para otra parte. La justicia está averiguando donde está.
La otra localidad circense fue Lo Barnechea, que ha pasado a ser un barrio alto-alto-alto y consiguió la participación de Hermanos Larraín Circus, (Felipe y Hernán) pero que para el negocio circense se presentan como tales. Se anuncia la presentación estelar de Las Palmas de Peñaflor presidida por Don Alfredo Moreno, en su calidad de propietario del show y no en su condición de Ministro de Obras Públicas. Todos felices.
Pero ahora me voy a concentrar en los Circos de Piñera. El primero que merece la pena es su circo regional latinoamericano. Ha pasado por diversos espectáculos. Desde el asalto aventurero para traspasar la frontera en Cúcuta, pasando por el inocuo grupo de Lima como forma para ver qué pasa en Venezuela, desconociendo otras iniciativas más promisorias como la entente México y Uruguay o también la Mediación de Noruega. En estos dos ambientes su fracaso ha sido notable. Ha quedado como un payaso de circo.
El otro circo de Piñera en este tema ha sido el TIAR. Acepta convocar a un tratado para aprobar intervención armada cuando una nación latinoamericana está amenazada por potencia extranjera, pero dice que no aprobaría el uso de esa fuerza. OJO El TIAR es para eso.???? El payaso esta distraído y no entendió para que servía el circo.
En el circuito internacional nuestro presidente sigue en su impronta circense. Se presenta en la Asamblea General de la ONU como campeón de la protección del medio ambiente y luchando por frenar el cambio climático. No nos hagamos los lesos. Las zonas de sacrificio (Quinteros, Lota-Coronel) con brutales indicadores de contaminación y efectos graves en la salud de las personas y en el ecosistema local, son lacras que su gobierno no enfrenta. No es necesario recordar aquí los otros grandes problemas bioclimáticos y medio ambientales que Piñera desconoce y que sólo alude con retóricas vacías. En la ONU no habló de las paltas. No. Y el porqué esas plantaciones se chupan toda el agua y dejan a la gente sin ese elemento. En su mentalidad, hay que proteger el gran negocio de la exportación. Sin embargo, la vocera proclama con voz sensual que Piñera “se ha convertido en un liiider mundiaaal”. Plop.