En esta columna no se pretende ni se trata de tirar piedras, rocas, guijarros, paveés o adoquines, ni tampoco tirar sustancias de Chillán o marshmellows, contra alguien o contra nadie. El autor de esta columna tiene un arsenal de esta diversidad de municiones en su Santa Bárbara.
En un paso por Santiago hice varios viajes en Metro y pude oír en cada uno, a distintos cantores de rap. Los invito a entonar con ese ritmo las letras que pude recordar. Les ruego pues, a ponerse en modo rap.
Quiero decirles que nuestro Presidente es alguien muy chistoso, claro que el único que se ríe de sus dichos es, un ministro perezoso.
Más que divertirnos nos entretiene como a ninguno, total, él sí que tiene y nosotros ni uno.
No sean envidiosos, a cada quien lo que le toca, a mí una bicoca y a la clase alta la gran fiestoca.
Señores, esa es la realidad que vivimos y cuando nos muramos ellos se van de fiesta y nosotros a la cresta.
No me importa que me digan pobre y patipelao, pero lo que no soporto son los curas con mucho dinero y a poto pelao.
Señores oyentes les digo que el rap es una cosa seria y no le crean las promesas a nuestro presidente, aunque con esas, nos da que pensar, mientras que el ministro de hacienda nos llama a rezar.
Buenas personas, no sean pesimistas no hay que seguir a los comunistas ni a los ecologistas, que andan dando la hora, es mejor ser de los que creen en el yoga, ahora.
Estudiante esforzado si quiere tener una mansión pídale a Elizalde que le presente a su amigo un afortunado alcalde, pero tenga cuidado si lo manda a San Ramón.
A Cecilia la vocera nadie le cree su cuento porque si yo me la encuentro la mando al famoso museo de cera.
La ministra Cubillos como buena neoliberal cree que la gimnasia, la historia y la filosofía deben irse al basural.
Soy estudiante de filosofía y llegué allí por recomendaciones de una tía. A los lectores de este rap no los invito a seguir esta carrera pues la ignorante ministra cree, que solo sirve para patear la perra.
Señores pasajeros en la próxima estación me bajo, preocupado por las 45 o las 40 discutida por los diputados lisonjeros, lo que para mí no cuenta porque estoy hace rato sin trabajo.
Luis de las Rocas.