Carta de las Rocas (6 de Junio 2019)

por La Nueva Mirada

En esta columna no se pretende ni se trata de tirar piedras, rocas, guijarros, paveés o adoquines, ni tampoco tirar sustancias de Chillán o marshmellows, contra alguien o contra nadie. El autor de esta columna tiene un arsenal de esta diversidad de municiones en su Santa Bárbara.

Mi primer disparo va entre adoquín y piedra. A mi parecer la derecha chilena y sus diversos componentes ya han instalado la teoría del pato cojo, eso significa que el actual presidente gobierna tiritando entre una pata y la otra. Las piedras disparadas provienen de su sector. Lo que está claro es que la derecha adelanta la instalación de su fonda dieciochera. Se llamará “El Pato Cojo”, resaltando la animación a cargo del emblemático grupo “Los Tres”, con sus nuevos integrantes Jo Lavín, Ma Jo Ossandón y An Allamand.

Es sorprendente que sendos tres hayan instalado sus oficinas de comando presidencial en la comuna de la Matthei, Providencia, en la calle Santa Beatriz. No tengo claro si la santa de esa calle les dará el paso.

No quisiera dejar pasar la cuenta del Presidente, en horario prime. Como todos sabemos para ello hay que desplegar challas y serpentinas. Tal cual lo hizo nuestro mandatario.

Que construiremos variados trenes; que los narcos no podrán imponer su cultura de fuegos artificiales y disparos, que los parlamentarios no sirven para nada (sobre todo cuando no aprueban mis proyectos) y por lo tanto los rebajaremos a sólo 120 diputados (de los 155 actuales). APLAUSOS. En la barra presente en el salón de honor y en la galería nacional.

Con un tema muy esperado, el asunto del 4% de las cotizaciones al sistema previsional. Dicen que allí se le trapicó el maldito tele pronter, tuvo que improvisar, se le disparó la lengua y dejó atónitos a sus negociadores con la DC. Por eso salieron al día siguiente a aclarar, lo que había dicho. (Me recuerdo que con los dichos de Pinochet pasaba lo mismo.)

Pero el tema más importante del discurso era la cuestión económica, con un antecedente terrible para nuestro mandatario: los empresarios a través de sus principales organizaciones han dudado de sus promesas, no le tienen confianza y, en definitiva, no le creen. Para esos señores del capital el Presidente no tiene credibilidad, porque se cambia de colores según la ocasión (las encuestas).

Los  grandes grupos económicos aspiran a cambiar ese rumbo. Esto se resume de la siguiente manera: Piñera no le cree a los empresarios, excepto a sus hijos (emprendedores tal como se suaviza su denominación actual). Ya no hay empresarios (feos) sino emprendedores (bonitos).

Para enderezar un poco el flacuchento crecimiento económico de Piñera, surge una oportunidad que resulta paradójica: vámonos al chancho. Aprovechemos que los chinos van a sacrificar 600 millones de puercos y entonces nosotros les vendemos los nuestros. De esa manera les devolvemos la mano de cuando ellos nos abastecieron de chancho chino. Ahora ellos van a comer chancho chileno.

Mi convicción es que de la turbulencia económica global podríamos sacar partido y convertirnos en el principal país exportador de lo único que podría  atenuar el  amenazante conflicto planetario: la sustancia de Chillán. Que la coman todos en el planeta. Bien por la nueva región. Y por la paz en el mundo.

Luis de las Rocas.

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