En la cota mil. Los conocidos de siempre. Por Frank Kotermann

por La Nueva Mirada

El mundo se estremece por la invasión rusa a Ucrania, la inflación hace sonar las alarmas en los hogares locales, los efectos del desgobierno anterior recaen en el actual. Con todo, un pequeño grupo siente que la rueda de la fortuna los premió para siempre, pese a quién le pese. Apuestan a llevársela pelada con la ayuda de la corta memoria chilensis…

Sebastián y familia disfrutaron vacaciones all inclusive y el ahora ex ocupa el tiempo para revisar sus inversiones sin la excusa del fideicomiso tuerto que lo obligó a cargar de desvelos a sus premiados hijos. Aquí no ha pasado nada, todo ha sido ruido de envidiosos y mal intencionados. Cecilia dejó de creer en los alienígenas. “El choclo” hizo las tareas y está a buen resguardo. Chadwick llega como antes de visita. Nadie puede reprocharle las andanzas en la Araucanía, menos ahora que todas las bestias andan sueltas, como repiten en la cota mil. Podemos disfrutar, aunque repitan que el mundo se puede acabar.

Lavín, con prolija asesoría jurídica, regresó de su repentino y abrupto exilio. En la comuna de Las Condes no insistirá con propuestas truchas y ha dado por superada su experiencia televisiva. Se redefine como académico y recurre a su curriculum de tiempos pretéritos refrescado con nuevos pitutos hispanos.

Si Allamand aprovechó su tiempo libre en el último gabinete de Sebastián para instalarse en millonario cargo en España, donde acaba de ser recibido por el mismísimo Rey ¿De dónde pecatas meas Joaquín?

Guevara y Torrealba continúan pasando piola y sólo los castiga un silencio obligado para no menear sus millonarias cuentas pendientes, favorecidas por el descontrol de las corporaciones municipales de Vitacura y Lo Barnechea. ¿La culpa seguirá siendo del empedrado?

Como pueden apreciar acá en la cota mil todo normal. Los problemas serán de Boric si se le antojó vivir cerca de los normales y ordinarios del barrio Yungay. Digo yo…

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