Espina con la punta fina

por La Nueva Mirada

Por Frank Kotermann

Parto por ofrecer disculpas a todos quienes se sintieron violentados por mis exabruptos de la semana pasada cuando estaba aún enceguecido de furia por los intentos del bandido Trump para impedir el recuento de votos, incluido el mío, en la elección que lo puso en camino a la nada por más que continúe con sus intentos de esconderse en los rincones de la Casa Blanca. Continuará con sus fechorías inútiles y finalmente mi voto sumó. También di explicaciones al doctor Martínez quién, sabio, me diagnosticó certeramente mi descontrol y agradezco la receta con que corrí a una farmacia de barrio (nunca de cadena).

A otra cosa mariposa. En la última conversación vespertina con el galeno y lo(a)s muchacho(a)s del segundo piso terminamos todos, con recomendable humor, coincidiendo en la ausencia de gobierno a que nos estamos acostumbrando hace meses. El desvarío mental de Sebastián adelantó el fin de su período, aunque siga posando en fotos y apareciendo en ceremonias tan patéticas como la reciente en la Araucanía donde obligó al primer paso en falso a su debutante y tan bien intencionado ministro Delgado (harto flaco llegó a su juramento) en una ceremonia dialogante tan estéril como viene siendo todo el accionar gubernamental en la militarizada región. Afortunadamente anunció su regreso antes de coincidir con el segundo aniversario del asesinato de Camilo Catrillanca, que habría sido una provocación sublime.

Corta vida tendrá Delgado, invitado al sacrificio seguro como lo ha hecho Sebastián con todos los que han heredado el cargo de su censurado primo Chadwick– quien precisamente dejó huellas en la Araucanía – por angas o mangas, duros o flexibles, sordos o dialogantes. En mala hora Delgado comenzó a soñar con una gestión inteligente. Con Sebastián es imposible. No hay peor sordo que el que no quiere escuchar…Con Sebastián está condenado…inevitablemente tendrá que reconocer y cada día más delgado que la culpa no es del chancho sino del que le da el afrecho….

No quiero dejar de reproducir lo comentado con mis vecinos respecto de otras designaciones realizadas por Sebastián, en particular a uno de sus cercanos desde patrullero juvenil. Alberto para unos, Espina para muchos y Espinita en estas últimas semanas para quienes lo ven hacerse el sordo ante unas solicitudes tan antiguas como esquivadas pidiéndole esclarecer lo ocurrido con el trabajo de memoria académica con que ganó excelencia para su título de abogado. En su momento se las ingenió- con ayuda de una bien ubicada mano mora – para eludir la denuncia de plagio descarado para ponerse el traje de litigante prometedor y de prestigio académico.

El resto de la historia es más conocida, como su frustrada aspiración presidencial (bajo la sombra de Sebastián, impensable) y últimamente algo deprimido por no saltar de su humilde gestión en Defensa (rodeado de mandos caídos al billete fácil) a su pretendida jefatura del gabinete (debería agradecerlo, ya estaría fuera) de Sebastián. Éste, bien agradecido, lo premió con una designación en el Consejo de Defensa del Estado. El horno no está para bollos y los profesionales de la institución decidieron sacarle sus trapitos al sol, descalificando sus atributos y merecimientos profesionales…

Espina tiene la punta fina. Nunca se queda con chicas. Tal como lo hizo con su memoria profesional. Y si Sebastián ya no escucha ni ve más allá de su bolsillo…Por qué Alberto, ya un poquito rancio, va a mirarle el diente a un caballo regalado…

Hasta la próxima. Ni les menciono los cuidados del doctor Paris…campo minado…
Frank Kotermann

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