Indulgencias. Por Jorge Ragal

por La Nueva Mirada

Para quienes han cometido un simple pecado
como una mentira piadosa
deberán rezar el Ave María durante una semana.
Para quienes se han coludido para aumentar
los precios de los remedios
deberán asistir a un curso de catecismo
al Convento de las Monjas Carmelitas.
Para quienes han evadido los impuestos
deberán donar un Cristo Crucificado a una capilla
de un barrio pobre de Santiago.
Para quienes han torturado a presos de conciencia
deberán plantar rosales en el jardín
de la Iglesia de San Francisco.
Para quienes han cometido crímenes de lesa humanidad
deberán financiar un templo en la Araucanía.

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