JAK chiste repetido…

por La Nueva Mirada

¿Alguien esperaba algo distinto? Aunque perdió sus dos apuestas en las primarias – quería que ganaran Jadue y Lavín para surgir como una carta atractiva con su repetido discurso nacionalista, militarista y de fidelidad al nazismo de su sangre-ya tenía resuelto repetir el juego de la elección pasada. 

Admirador de Pinochet y Bolsonaro es de los rígidos al que el paso de la historia lo revuelca una y otra vez en sus mismos orígenes. Renunció a la UDI apostando a ser cabeza de ratón, tempranamente cansado de ser cola de león. En la primera vuelta presidencial pasada le rascó un 8% de votos a Piñera y tras el fracaso rotundo de esta segunda administración de Sebastián se pasó películas mayores ante una derecha descarriada, vapuleada y cuesta abajo en la rodada.

Ha levantado su ira reclamando mano dura contra el desorden social, más aún cuando se transformó en estallido creciente y aboga por militarizar la Araucanía, pese a quien pese y cueste lo que cueste. No se anda con chicas, aunque sus guiños a los militares encuentren eco sólo en una gastada cofradía de oficiales en retiro, cada vez más gastada en su incondicionalidad a la herencia pinochetista, bien simbolizada en los huéspedes de Punta Peuco. Allí es donde más lo han aplaudido en estos años.

Pocas veces se le vio tan orgulloso y feliz como en su temprana visita a Bolsonaro, mucho antes que el desastre brasilero comenzara a mostrar sus hilachas colgando. A JAK no le faltó gesto por hacer ante el nuevo gorila, adelantándose a la presidente de la UDI, entonces JVR, quién corrió detrás para repetir el ridículo.

Su CV es largo en gestos vergonzantes a nivel internacional y no merecen más atención, aunque ciertamente engrosan los archivos familiares del nazismo criollo.

Soñaba con vapulear al socialdemócrata Lavín y enfrentar a su predilecto comunista Daniel Jadue. Se quedó con las ganas y su anuncio presidencial partió con la pintura rayada. Pero el negocio estaba planificado y ahora deberá remar contra la corriente ante el pillín de Sichel, que le compite en trampillas a su tocayo Piñera. Pero los tiempos han cambiado y JAK las tiene difícil para ponerle algún precio a su apoyo final al presidenciable de una derecha arrinconada en las cuerdas.

Así veremos a JAK cortándose las venas por las “atrocidades constituyentes” y la urgencia por militarizar aún más la Araucanía.

Ya sabemos lo que ocurre con chiste repetido y JAK esta vez partió podrido.

Será hasta la próxima

No mencionaré las vacunas porque de JAK y otras pestes ya estamos revacunados.
Frank Kotermann

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