Las arpías constituyentes. Por Frank Kotermann

por La Nueva Mirada

No quisieron nunca un cambio de la Constitución. Fueron parte del reducido 20% que soportó el estruendoso Apruebo ciudadano. Y se pusieron en la fila para capturar el voto del resentimiento entre la acaudalada minoría dispuesta a soportar el rotaje constituyente y jugar en su intestino como encabritada quinta columna.

Imaginaron lo peor y sin embargo se quedaron cortas en sus predicciones. Que Elisa Loncón resultara electa Presidente de la Convención y la machi Linconao tomara la palabra en mapudungun respondiendo, además, las provocaciones más que esperables de las muy distinguidas arpías constituyentes las sacaron definitivamente de quicio.

Loncón y Linconao provocan pesadillas en las arpías constituyentes…

Levantan la voz, indignadas porque se pierda el tiempo con debates de procedimientos para la participación de todo(a)s lo(a)s electo(a)s en las materias incluidas en la más que compleja organización del inédito organismo constituyente, en medio de un variopinto espectro de tendencias y organizaciones que trascienden los límites partidarios ya conocidos. Las damiselas protestan porque se pierde el tiempo en minucias procedimentales y no se aborda “lo esencial” de la Constituyente, después de haber “mirado para el techo” cuando los primeros días el gobierno de Sebastián boicoteó abiertamente el funcionamiento del flamante órgano constitucional que estuvo a punto de trasladarse de su recinto pre – establecido por las carencias impresentables ya conocidas.

Las distinguidas damas en cuestión dicen querer entrar en las materias sustantivas que debe resolver la instancia, sabiendo que cuando ello comience a ocurrir su espanto abundará junto con la desaparición y desmantelamiento esperado de la sagrada Carta Magna de 1980 que, entre cuatro paredes, plantaron y firmaron los miembros  de su honrada Junta Militar, presidida por el capitán general, procesado en sus últimos años por ladronzuelo, crímenes de lesa humanidad y fraudes mayores, salvando de una merecida capacha por su proclamada demencia senil y cuyas remesas ulteriores aún aferran a Lucía a una larga sobrevida.

¿A qué juegan entonces las arpías constituyentes? Dando palos porque bogas y palos porque no bogas las tendremos en acción desde una marginalidad que las desespera…

Ese show continuará…para aquello llegaron. Palos de ciego, pero palos al fin. De eso saben desde jóvenes promesas del pinochetismo feroz…

Nenitas, en todo caso : Cuidado con tanto cántaro al agua…
La micro constitucional va por otro lado…¿se aburrirán?

Cordialmente,
Frank Kotermann

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