Están en otra, el debate constitucional no les quita el sueño y esperan su colapso final. Desprecian a la derecha tradicional y aunque usted no lo crea están por la legalización de las drogas como un mercado de potenciales réditos económicos. Recientemente llegaron al éxtasis con la visita de David Friedman, el hijo de Milton. ¿Qué une a Axel Kaiser; Nicolás Ibáñez; Teresa Marinovic; Johannes Kaiser y Fernando Villegas?
Apuntan a la captura de jóvenes, principalmente de buenas familias, jugando un rol activo en ello Fernando Claro, iluminado director ejecutivo de la Fundación para el Progreso (FPP), que tuvo sobradas razones para celebrar la convocatoria obtenida con la visita de Friedman, cuya exposición dejó con los ojos blancos a Kaiser Barents- Von Hohenhagen, fundador de la fundación y regalón de “El Mercurio”, ocupando el primer lugar en el ranking dominical con su manual caballito de batalla “El economista callejero”. Una conjunción de emprendedores para escuchar al hijo – a estas alturas calvo y nada de juvenil – del idolatrado Milton por los gestores del modelo de libre mercado impuesto, a rompe y raja, durante la dictadura cívico militar.
Ciertamente nadie está descubriendo la pólvora y el discurso “libertario” es más antiguo que el hilo negro. En rigor, el libertarismo del siglo XVII surgió en la vieja Inglaterra propiciando el individualismo político, derivando luego en la negación a la intervención del Estado en cualquier regulación entorpecedora, llegando a calificar de contaminación socialista la teoría económica de John Maynard Keynes en el pasado siglo XX. Es el sendero del pensamiento económico que propician los nuevos libertarios.
Así el callejero Kaiser y compañía buscan orígenes teóricos en Friedrich Hayek y Murray Rothbard, autores que intentaron actualizar la desgastada mano invisible del mercado expuesta por Adam Smith.
A estas alturas, usted se preguntará razonablemente qué diantres pueden entender de estos vaivenes teóricos Teresa Marinovic o el matón de Johannes Kaiser. Bueno, no mucho más que honorables como Iván Moreira, experto en buscar la propina de los grandes empresarios que sí son parte de esta trenza fundacional en la huella de Friedman, entre ellos Francisco Pérez Mackenna, Dag von Appen y Nicolás Ibáñez, cerebros gestores de FPP.
Y antes que pregunte por la mención de Fernando Villegas, les comento de una extensa lista de famosillos – no podían estar ausente entre aquellos, el nunca bien ponderado Roberto Ampuero junto a su camarada Gerardo Varela, ambos ex ministros de Piñera – que como el locuaz comunicador simpatizan con estos libertarios, apoyando frecuentemente sus iniciativas y asumiéndolos como fuentes de conveniente referencia.