Aunque esconda a última hora a sus más bárbaros y genuinos compañero(a)s de ruta – como desatinados imitadores de Alf- a fin de cuentas y a pesar de que la mona se vista de seda, mona se queda. ¿O no José Antonio?
Limpiaron y redujeron su programa de gobierno de barbaries autoritarias varias, en rigor neofascistas (cómo ignorar la palabra), que horrorizaban hasta a los más duros herederos de Jaime Guzmán en la UDI. Imagínese al finado Manuel Contreras y a su discípulo Karssnoff Martchenko aplaudiendo las bases de aquel original programa en pleno siglo XXI. ¿Muy extraño? Nunca tanto si miramos los parentescos internacionales de JAK, comenzando por el bárbaro Bolsonaro.
Como gran logro civilizatorio borraron, de mala cara, algunas de aquellas joyitas programáticas, con la mala fortuna de hacerlo el mismo día que el parlamento chileno aprobaba finalmente el matrimonio igualitario. Algo que horroriza a JAK y su esmerada esposa María Pía Adriasola, que ha sumado estoicos 81 meses embarazada para construir la costosa alegría de la pareja aspirante a llenar el palacio presidencial de cantos bíblicos. Ningún reproche que hacerles. Cada uno con lo suyo, como entendió Don Francisco que los entrevistó esa misma noche y se tuvo que comer cualquier bromita que pudiese ser malentendida por el coro celestial de sus hijos en pantalla. La libertad es libre hasta que se intenta imponer a otros ¿O no José Antonio? Gloria al pulento que te dio los recursos para financiar tremenda herencia…
JAK, con su pausado hablar tan reconocido por la gente bien, no logra ocultar su incomodidad, aunque sea el precio a pagar para seguir soñando con el premio mayor.
No es cómodo para JAK dejar escondidos bajo la alfombra, en la fase decisiva de la campaña, a incondicionales a toda prueba como Gonzalo de la Carrera, gritando que “la educación sexual es un abuso”, al diputado Johannes Kaiser, fondeado tras sus bestiales dichos contra las mujeres, o a la provocadora sin filtros Teresa Marinovic, que llegó a escandalizar hasta la nunca muy ponderada Marcela Cubillos…Para qué mencionar a otros cerebros en las sombras como Sergio Melnick y José Piñera…(¿Y qué será de Hermógenes?
Como bien advirtió Voltaire: “La religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio”
Entonces, con todos estos acomodos de última hora, no le pidamos tantas sonrisitas a José Antonio. Los apóstoles de su delirio están en las sombras.