Mi voto es secreto… Por Frank Kotermann

por La Nueva Mirada

Cecilia insiste, Sebastián no tiene candidato para las primarias del próximo domingo. A el sólo le gustaría marcar su nombre y no puede. Pero aún tiene una duda y capaz que se pronuncie por lo que le aconseja su primo Chadwick…Todo un misterio. Quizás usted lo considere algo insignificante, pero es la única manera de hacer noticia para un presidente despreciado por quienes fueron sus subalternos y hoy compiten ignorándolo…el pago de Chile repite Cecilia.

El socialdemócrata más peculiar del planeta terminó de hartar a Sebastián. Lo ronda desde sus tiempos de potrillo, cuando confeso Chicago boys y admirador del Capitán General se hacía el lindo ante doña Lucía. Sus inventos creativos para gastar el erario municipal los viene soportando desde las playas en el Mapocho y a estas alturas bordeando los setenta el travestismo no le sienta para nada. Suficiente…con Joaquín ni a misa, le ha dicho a Cecilia. La paciencia tiene sus límites, más aún cuando las pastillas hacen efecto sólo por algunas horas.

No menor ha sido la desilusión de Tatán con quien consideró, por algunos meses, un aplicado y leal economista, de aquellos despiertos y algo letrados – nunca tanto- que le gusta tener bajo sus órdenes. Les puso el pecho a las balas de Desbordes, cuando al ex guardián se le soltaron las trenzas en medio del estallido social y capitaneó el retiro del 10% de los fondos previsionales.

Que comenzara el coqueteo político con Javiera Parada no molestó a Sebastián, más bien lo mataba la curiosidad de saber cómo lo había hecho. Con varias aventuras en el pecho ( ¿o no Cecilia?) no dejó de sentir su cuota de envidia por el avispado Briones. Todo dijo ¡upa! cuando ya fuera del gabinete le crecieron los dientes presidenciales como Evópoli de turno, se creyó el cuento y, siguiendo la corriente, soltó ataduras del gobierno en desgracia, miró para el techo en varios reparos a lo que él mismo le había propuesto como soluciones técnicas y eficaces a Sebastián en medio de la crisis y se pasó de roscas en su creatividad publicitaria, vistiéndose con ropa que Sebastián consideraba parte de su propio capital.

Respecto de Sichel– de quién lo atrajo su aventurado travestismo político, algo nunca despreciado por quién instaló la marca de los “cómplices pasivos” y en su despecho final golpeó la cátedra reanimando el bien escondido proyecto de “matrimonio igualitario” – bastaron pocos meses de su ambiciosa escalada patrocinada por grupos empresariales para que Sebastián lo observara con singular atención. Siendo francos estos “pillines” siempre le han atraído y que Andrés Chadwick sea uno de los que lo alienta en su aventura para derrotar a Lavín abre la interrogante de si finalmente se transformará en su preferido, aunque sólo lo declare o insinúe si el catete y algo jugoso Sichel resulta ganador en la aventura primaria.

Fiel a su patronal conducta Sebastián ha intentado capitalizar los logros y pasos en falso que marcan la historia política de Mario Desbordes. Si algo conoce bien Sebastián son los vientos huracanados que marcan la historia de RN que tuvieron en la cima y luego en el despeñadero del poder interno al breve y aplicado ministro de Defensa. Con una lealtad militar infranqueable Desbordes suma contradictorios apoyos que anticipan un pobre resultado en la primaria y lo podrían dejar sin pan ni pedazo, desafiando su futuro político que hace menos de un año parecía más que auspicioso. Nunca se sabe. Pero Sebastián desprecia a los perdedores.

Por ahora Sebastián guarda su secreto para la votación del domingo y Cecilia le insiste en que nada tiene que ganar abriendo la boca. Ya ha sido suficiente y para muchos sigue siendo yeta…

Disfruten las primarias… Sigan cuidándose porque el virus no descansa y se camufla…Ni Sebastián ni el chico Paris le apuntan a una…

Hasta la próxima,
Frank Kotermann

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