Por Frank Kotermann
El doctor Martínez no tolera lo que define como relación equívoca cuando le comento de mis diálogos con Cecilia. Cada loco con la suya me ha repetido y lo asumo evitando comentarle mis desvaríos tras esas conversaciones que van quedando registradas solo en estas líneas. De aquí no sale repite el director, que las tolera igual que los reclamos de lectores con piel sensible. Lo cierto es que no me resistí a preguntarle a Cecilia por las últimas revelaciones de Juan Sutil…Sí, el mismo nada de sutil mandamás de la CPC influyente en tantas decisiones de Sebastián en este complejo período que lo conduce cuesta abajo en la rodada y próximo a reducirse al margen de error en las encuestas que dejaron de regalonearlo. Ustedes recordarán, no tan bien como la propia Cecilia, el episodio de su conversación filtrada en los inicios del estallido cuando aludió a los alienígenas como protagonistas de un fenómeno que, en realidad, descolocó de capitán a paje en la vapuleada clase política.
Eran los días en que Sebastián se reía de los peces de colores y partía a comer pizzas mientras el país se incendiaba. Lo cierto es que, en su caso, salvo cuando hay negocios y utilidades en juego, se cumple aquello de “lo esencial es invisible a sus ojos”. Algo no menor si su disfraz es el de Presidente de la República, aunque Cecilia insista: quién esté libre que lance la primera piedra…
Haber comprendido entonces la confusión de Cecilia en estas mismas líneas me permite sostener diálogos incomprensibles y quizás delirantes para los lectores. Por lo mismo le pedí a ella opinión sobre las recientes declaraciones de Juan Sutil quién escogió El Mercurio dominical para revelar que nadie le estaba dando pelota – incluido Sebastián – a su denuncia por la existencia de una guerrilla uniformada, con botas y equipos negros, que se desplazaría por Arauco difundiendo terrorismo y miedo, dirigida por un colombiano vinculado al narcotráfico, conocido como “El Paisa” y que amenazaba con el control territorial allí donde tantos intereses económicos están en juego.
Experto para desplazarse en la cuerda floja, el sutil propietario de grandes tierras en la Región fue suficientemente ambiguo y, por cierto, no interrogado por el diario – que lo tiene entre sus regalones – si se refería al Comando Hernán Trizano, que rinde tributo a un antiguo “cazador de mapuche”, asumido como emblema en cuarteles de la DINA y CNI en Temuco. Sus herederos son reconocidos en la Región y no esconden su poder de fuego, sumando acciones armadas varias y nunca perseguidas por la autoridad, como el incendio del lonco Víctor Queipul. Ciertamente “El Mercurio” no informó nunca de la ruda advertencia del Comando Trizano “Contamos con dinamita, detonadores número ocho y mecha lenta, los cuales no dudaremos ubicar en los cinturones de los señores Queipul, Ancalaf, Pilquiman para hacerlos volar de una vez y con ello daremos término al problema o conflicto mapuche”.
Mientras le relataba lo anterior a Cecilia, ella guardó un largo silencio que me hizo dudar si todavía escuchaba. Lo hacía y con voz cuidadosa- quizás pensando en otros escuchas (como ustedes) – me dijo “Te tengo que cortar…Cómo se te ocurre que Sebastián va a permitir eso…”
Quizás es lo mismo que pensó Sutil cuando lo dejaron marcando ocupado. Se requiere de mayores espaldas para denunciar a quienes son votantes y actúan como guardia armada de una ultraderecha que termina amenazando los grandes negocios de futuro del mandamás de la CPC. Con Sebastián anulado, tarde se atrevió Sutil de pedir ayuda frente a quienes ayer alentó y hoy lo aterrorizan…
No sé qué le dirá Cecilia a Sebastián…mientras Sutil predica en el desierto…
Pienso que el galeno Martínez al leer estas líneas no tardará en llamarme…¿Usted qué haría?
Afectuosamente,
Frank Kotermann