Como nos sucede en la mayoría de los eventos mundiales importantes, los economistas, al igual que el marido engañado, somos generalmente los últimos en enterarnos. Y es que nuestra profesión se parece a la medicina legal, especializada en determinar de qué causa murió un paciente o, en nuestro caso, una economía. Somos de una ciencia expost o post morten.
Así nos sorprendieron las recientes noticias sobre la salud económica de China que pulularon en todos los medios, reflejando un nuevo consenso entre muchos economistas, periodistas y analistas sobre la actual desaceleración de la economía china debido a la caída de sus importaciones y exportaciones, la crisis de Evergrande (una de las más importantes inmobiliarias chinas), la de Zhongzhi (banco en la sombra que gestiona más de US$137.000 millones), que está bajo un escrutinio intenso tras detener pagos a miles de clientes, el incremento del desempleo juvenil entorno al 20% y los datos a julio de los precios al consumidor que hicieron encabezar a Reuters con “China en deflación”.
La fresa de la torta la pusieron las palabras, como siempre muy pertinentes, del Presidente Joe Biden, quien calificó, según Bloomberg Línea, la vacilante expansión de China como una “bomba de relojería” https://www.bloomberglinea.com/2023/08/17/la-sorpresa-china-que-debimos-haber-visto-venir/
La verdad es que en mi caso estuve centrado en el aterrizaje suave de la economía de EEUU, especialmente si venía la recesión, teóricamente inevitable, dado el tremendo ajuste en más del 5% de la tasa de interés del Fed. Gian Maria Milesi-Ferretti, profesor de la Brookings Institution y exdirector adjunto de investigación del FMI dijo a Bloomberg “La economía ha sorprendido al alza y la inflación a la baja”. https://www.bloomberglinea.com/2023/08/21/la-fed-aun-no-puede-celebrar-inversores-preven-que-inflacion-y-tasas-sigan-altas/?source=piano-newsletter-la&pnespid=s7M.GThIM71D2aWR.jnuApLdpgu.WsAoKeXh2Pd1tgNmko3rsz9YFpsfnGQpEWyIKlLb3dq3Rw.Adicionalmente continuó sorprendiendo la estimación de la Reserva Federal de Atlanta de que el crecimiento del PIB de EEUU pronosticado para el tercer trimestre de 2023 sería del 5,8%, lo que supondría el más rápido de los últimos 20 años para un trimestre no pandémico https://www.bloomberglinea.com/2023/08/21/puede-la-economia-de-eeuu-sostener-este-ritmo-frenetico/
La caída de las importaciones de China
En este contexto, los datos de la economía china fueron más sorprendentes. Así tituló Reuters: “El comercio de China se desploma, amenazando las perspectivas de recuperación” ya que las importaciones cayeron un 12,4% en julio interanual (frente a una caída prevista del 5% en un sondeo de Reuters) y después de una reducción del 6,8% en junio. Mientras tanto, las exportaciones se contrajeron un 14,5%, después de una caída del 12,4% del mes anterior (Gráfico 1).
Se observa que la tendencia a la baja en su comercio exterior venía desde la fase post pandemia que fue a su vez muy complicada para la China debido a su política de COVID CERO, que significó cuarentenas o cierres muy estrictos. Sin embargo, hasta octubre de 2022 se desaceleraron las elevadas tasas positivas pero después empezaron a registrar tasas negativas que continuaron prevaleciendo, salvo algunos meses en que se recuperaron, hasta julio de 2023.
Gráfico 1: China: Comportamiento de las exportaciones y las importaciones
Variación porcentual mensual
Según la OMC (2023), China es el principal exportador mundial con una participación del 17,6% en el total y el tercer importador mundial con una incidencia del 12,7%. El problema es grave, si China disminuye sus compras, tiene un fuerte efecto de la demanda mundial y especialmente en el precio de los commodities, que es el principal rubro de exportación de América Latina. Además, China actualmente es el segundo socio comercial de mayor importancia para la región, por lo que una contracción de sus compras afectaría el volumen de las exportaciones y, por lo tanto, a la actividad económica en los países; eso sí, a unos más que otros dependiendo su grado de dependencia con China.
La desaceleración de China
Sin embargo, en medio del llamado consenso sobre la desaceleración de China hay voces discordantes como la de Nicholas R. Lardy, investigador del PIIE, sobre ¿Cuán seria es la desaceleración de China? https://www.piie.com/blogs/realtime-economics/how-serious-chinas-economic-slowdown?utm_source=update-newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=piie-insider&utm_term=yyyy-mm-dd
Así, en medio del consenso sobre la desaceleración de China justamente salieron los datos del crecimiento de su PIB en el segundo trimestre de 2023 que registran que se expandió un 6,3% interanual, mostrando un crecimiento más rápido en comparación con el 4,5% registrado en el primer trimestre, pero por debajo de las estimaciones del mercado del 7,3% (Gráfico 2). Aunque es necesario tener presente, como aclara Lardy, que “el repunte interanual se debió en parte al débil crecimiento en el segundo trimestre de 2022 y representó un aumento de menos del 1 por ciento sobre el nivel de producción en el primer trimestre”.
Gráfico 2: China: Crecimiento del PIB trimestral: 2021-2023
En porcentajes
A nivel de las estimaciones, Barclays redujo su pronóstico para el crecimiento del PIB de China en 2023 al 4,5% desde el 4,9%. Esta tasa significa una fuerte desaceleración comparada con las tasas del 10% en el periodo 1980-2010. Empero esas tasas no se repetirán en un futuro próximo, tanto por las nuevas características de la economía mundial en el contexto de una globalización geopolítica, como por el hecho de que un país de medianos ingresos, léase China, va creciendo a menores tasas en la medida que alcanza mayores niveles de desarrollo y que, por último, el crecimiento no es lineal, tal como dice Daniel Moss: “La economía china se mueve por ciclos. Vista desde lejos, una expansión del 5% o 6% sigue pareciendo buena. Pero un descenso a algo como el 4% o, con el tiempo, del 2% al 3%, parece un desastre”. https://www.bloomberglinea.com/2023/08/17/la-sorpresa-china-que-debimos-haber-visto-venir/. No obstante, hasta el momento no hay una evidencia empírica de que China haya entrado a una fase descendente que podría persistir varios años.
Adicionalmente, el Banco Central de China, a diferencia de EEUU, no subió sus tasas de interés desde el COVID. Así, desde fines de 2019 disminuyó de menos del 4,5%, no subió en 2022 y bajó posteriormente hasta llegar al 3,45% en agosto de este año.
La balanza comercial de China
Respecto a la caída de las importaciones de China, ver Gráfico 1, el ya mencionado Nicholas Lardy puntualiza y explica:
Las importaciones de China también se han debilitado, cayendo un 7,6 por ciento en los primeros siete meses de 2023, lo que podría indicar una débil demanda interna. Pero la «disminución en el crecimiento nominal de las importaciones fue impulsada enteramente por los efectos de los precios«. En términos de volumen, las importaciones crecieron un 1,0 por ciento en comparación con una disminución del 6,4 por ciento en el mismo período del año pasado. Por lo tanto, las importaciones en la primera mitad de 2023 están señalando un aumento de la demanda interna.
En términos de su balanza comercial, China sigue generando superávits comerciales significativos, aunque como se observa en el Gráfico 3, tiene un comportamiento ondulatorio y con una caída brusca y pronunciada en febrero de 2023 y su posterior recuperación hasta llegar a registrar en julio de 2023 un superávit de 80,6 millones de dólares.
Gráfico 3: China Balanza Comercial
En miles de millones de dólares
Considerando los primeros siete meses del año, el país registró un superávit comercial de USD 489.6 mil millones, con una contracción de las exportaciones del 5%, mientras que las importaciones cayeron un 7,6%. Así mismo llama atención que, pese a la Guerra Tecnológica, en los primeros siete meses de 2023, el superávit comercial de China con Estados Unidos alcanzó los 181.8 mil millones de dólares, contribuyendo de esta manera con un 37% al saldo favorable de China.
¿Deflación en China?
Por último, en lo tocante a “China en deflación” es importante definir deflación como la caída persistente y generalizada de los precios en una economía. Los datos que derivaron en una posible deflación se basaron principalmente en el nivel del índice de precios al consumidor (CPI) en su caída del 0,3% interanual a julio de 2023, aunque esta observación puntual fue acompañada de las caídas del nivel de precios al productor (PPI) desde octubre de 2022 hasta julio de 2023 (Gráfico 4).
En opinión de Lardy, la disminución generalizada del 0,3 % “se debió principalmente a los elevados precios de los alimentos en el mismo período de 2022. Excluyendo los volátiles precios de los alimentos y la energía, los precios al consumidor que miden la inflación subyacente en julio aumentaron un 0,8 por ciento, frente al aumento del 0,4 por ciento en junio”, lo que mostraría que todavía no es generalizada la caída de los precios.
Gráfico 4
China: Variación interanual de los precios al consumidor (CPI) y al productor (PPI)
En porcentajes
El economista del PIIE acentúa que, respecto al periodo desde la restricción derivada del COVID CERO hasta fines de 2022, se produjo un punto de inflexión durante la primera mitad de 2023 que se expresó en la reducción de la tasa de ahorro de los hogares y en el aumento del gasto de consumo junto con un aumento de los ingresos personales, que significan que el crecimiento futuro del consumo de los hogares probablemente sorprenderá al alza. Estos datos complementarios nos permiten rechazar la presencia de deflación, a julio de 2023 en China, ya que generalmente a la deflación le acompaña un aumento de la tasa de ahorro y una disminución del gasto de consumo, al posponer el consumo presente (aumenta la tasa de ahorro) esperando que sigan bajando los precios en una espiral deflacionaria que provoca a su vez la disminución de los beneficio de las empresas, la caída de la producción y del empleo, que genera una disminución de la demanda efectiva y ante el exceso de oferta una reiterada caída de los precios.
Como percibimos, el mundo de los economistas está plagado de sorpresas, agradables unas, como la recuperación de la economía de EEUU, inquietantes otras, por la forma en que manejan la información los medios, como la supuesta desaceleración de la economía china.