Por Flavia Liberona
Directora Ejecutiva Fundación Terram
La comisión de evaluación ambiental de la región de Coquimbo aprobó por 11 votos a favor y uno en contra el cuestionado proyecto minero – portuario Dominga.
Propiedad de la empresa Andes Iron, que a su vez es controlada por la familia Délano, uno de cuyos integrantes es amigo personal del presidente Piñera. Cabe señalar que esta es una votación en la que participan los secretarios regionales ministeriales (Seremis) con competencia en el tema y el delegado Presidencial. Todos designados en sus cargos por el presidente de la república y de su exclusiva confianza. Evidencia absoluta que tras la aprobación regional del proyecto Dominga esta la mano de La Moneda.
Dominga es un proyecto minero – portuario que contempla la instalación de una faena minera de hierro y cobre, y la construcción de un puerto para el transporte del concentrado del mineral. El problema consiste en que la zona definida por la empresa para realizar sus operaciones está muy próxima a varias áreas protegidas que albergan una valiosa biodiversidad terrestre y marina. De hecho, Punta de Choros fue declarara “sitio de esperanza (hope spot) para los océanos” por la organización internacional Mission Blue. Y este reconocimiento no es el único, ya que en el límite de las regiones de Atacama y Coquimbo se produce un fenómeno natural denominado surgencia costera de la corriente de Humboldt, el cual genera condiciones particulares para que en esta zona habiten una variedad relevante de especies endémicas, es decir que solo existen en esta zona del planeta.
Por todo lo señalado la zona costera de Punta de Choros y las islas Choros, Damas y Chañaral son reconocidos como parte de uno de los 35 Hot Spot o puntos calientes de biodiversidad a nivel mundial.
Sin duda, el que la comision de evaluación ambiental le haya dado luz verde a este proyecto representa un enorme peligro, ya que facilita que esta iniciativa pueda llegar a materializarse. Poniendo así en riesgo la sobrevivencia de la valiosa biodiversidad que allí existe, dejando al archipiélago de Humboldt irremediablemente condenado a recibir perjudiciales impactos de la actividad minera portuaria.
Sin embargo, no todo está perdido, existiendo recursos legales pendientes que deben ser resueltos por la Corte Suprema. Esto se debe a que el proyecto ya había sido evaluado ambientalmente con anterioridad y rechazado en dos instancias oficiales, en consideración al daño que provoca a la biodiversidad. Por tanto, si la Corte Suprema confirma el rechazo en los recursos legales sin resolver, la votación realizada el 11 de agosto no tendría validez. Por otra parte, las organizaciones ambientales que conforman la Alianza Humboldt, quienes durante años han trabajo por la protección de esta zona, en el más breve plazo iniciarán acciones administrativas y legales para detener el nefasto proyecto.
Ciertamente la anunciada aprobación del proyecto minero Dominga provoca frustración y fuerte resistencia. Visibilizan lo que las personas y organizaciones involucradas en la conservación del archipiélago de Humboldt, al igual que otras que luchan por la defensa ambiental de sus territorios ya sabíamos.
Al gobierno de Sebastián Piñera no le importa la conservación del patrimonio natural de Chile. Con la aprobación de Dominga desnudó sus reales intereses, dejando en el olvido aquellos días cercanos a la COP 25 en que declaraba, a nivel nacional e internacional, su compromiso con el medio ambiente y la conservación marina.