En el debate electoral reciente en EEUU, mis preferencias por Kamala Harris estaban explícitamente reveladas por su presencia y su trayectoria política, pero principalmente porque no me gustó Trump I ( 2017-2021), como lo expliqué en mi libro sobre El Nuevo Proteccionismo (2019) (PDF) El nuevo proteccionismo: Trump, Brexit y Bolivia | Gabriel Loza – Academia.edu, ni tampoco me cae bien con su nueva versión II y su Agenda 47Agenda47 | Donald J. Trump (donaldjtrump.com). Según Statista, Harris tuvo una preferencia del 63% mientras que Trump el 37%, revirtiendo así la tendencia manifestada durante el primer debate de Trump con el Presidente Biden (Gráfico 1). Trump no irá a un segundo debate con Kamala o tercer debate presidencial “porque ya no hay tiempo” y huele que no le irá mejor. Ojalá la opinión de la gente se mantenga no solo en los votos directos sino también en los votos indirectos por Estados.
Gráfico 1
Resultados del primer y último debate Kamala vs Trump
En porcentajes
Sin embargo, las dudas me asaltan cuando pienso si con un probable triunfo de Kamala los efectos económicos en la región de América Latina y el Caribe serían mucho mejores que con un no deseado, pero no imposible, Trump II (2025-2028).
El Neoproteccionismo con Biden
En mi análisis del Nuevo Proteccionismo (2019) señalé que con Trump I hubo un punto de inflexión en los objetivos y la instrumentación de su Política Comercial:
Los tres casos emblemáticos: el arancel al acero y al aluminio, la guerra comercial y tecnológica con China y la modificación unilateral del NAFTA así como el retiro de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), un acuerdo comercial y arancelario con otros 11 países, fueron una clara señal de retomar el liderazgo mundial de las manufacturas y de la tecnología bajo el eufemismo de la “seguridad nacional”, y la imposición unilateral en lugar de las negociaciones multilaterales. El nuevo proteccionismo: Trump, Brexit y Bolivia.(PDF) El nuevo proteccionismo: Trump, Brexit y Bolivia | Gabriel Loza – Academia.edu 2019
Sin embargo, cuando subió Biden incrédulamente esperé un cambio en la Política Comercial, empero lo que se observó fue una profundización de la Guerra Comercial y Tecnológica contra China. Así impuso nuevos aranceles a las importaciones desde China para siete grupos de productos con niveles que van desde un 25% (baterías de litio) hasta un 100% como en el caso de los vehículos eléctricos (Gráfico 2).Adicionalmente, está la reciente adición de 42 empresas chinas a una lista de restricciones comerciales por abastecer al ejército ruso por lo que estarán sujetas a restricciones a la exportación y a prescripciones en materia de licencias para determinadas tecnologías y productos. Así, la política comercial de la administración Biden hacia China, según el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos Jake Sullivan, es comparable con «un pequeño patio y una valla alta» en 2023. El problema es cuán grande será ese pequeño patio puesto que la valla alta parece ser el 100% del arancel.
Gráfico 2
Según Bloomberg Línea, las medidas representan la actualización más completa de Biden de los aranceles a China impuestos por primera vez por Trump, y un reconocimiento de que un enfoque de línea dura hacia el comercio con Pekín sigue siendo popular entre los votantes estadounidenses. No se reducirá ninguno de los aranceles de Trump. Por tanto, será un continuismo de la Guerra Tecnológica y Comercial iniciada en 2017 contra China.
Así parece que durante la Administración Biden se ha consolidado en EEUU una Política Comercial Estratégica basada en fundamentos de la seguridad nacional y en la que está China como uno de los enemigos principales. En este contexto: la opción de Kamala Harris será marcar un punto de ruptura o más bien tenderá a continuar y quizás suavizar sus medidas neoproteccionistas.
¿Punto de ruptura o continuismo con Kamala?
También es poco previsible el cambio en el papel de vigilante de los derechos humanos a nivel mundial que se ha autodesignado por unanimidad los EEUU. Así: Un futuro gobierno de Kamala Harris pondrá de relieve Taiwán, las violaciones de los derechos humanos por parte de China y privilegiará las quejas de los sindicatos estadounidenses. Y parece poco probable que Trump en su segundo mandato dé la vuelta en un abrir y cerrar de ojos y abrace a Xi de la manera en que ha abrazado a otros hombres fuertes, como Vladimir Putin, Viktor Orbán y Kim Jong-un. Resetting US-China Economic Relations by Barry Eichengreen – Project Syndicate (project-syndicate.org)
Asímismo, en un hipotético Trump II es muy probable, como lo hizo en Trump I, en el primer día de su segundo mandato, cumpla su promesa de campaña de imponer aranceles del 10 al 20% a todas las importaciones y un arancel del 60% a las importaciones chinas. Los efectos de esta medida se han estimado en que le costaría al hogar estadounidense típico más de 2.600 dólares al año, equivalente de un impuesto directo. Pero parece que no bastaría una orden presidencial como en 2017: “tal arancel no se mantendría a menos que los republicanos pro-Trump obtengan el control de ambas cámaras del Congreso, en cuyo caso, todas las apuestas están canceladas”. Trump II Tariffs: Who said he could do that? | PIIE
El impacto de Trump II en el comercio mundial será significativo. Así: Los aranceles de Trump socavarían el orden económico mundial que Estados Unidos lideró en la creación. Las medidas de Trump violarían las obligaciones legales de Estados Unidos bajo la Organización Mundial del Comercio. Pero, dado que Estados Unidos ha pasado años debilitando el mecanismo de solución de disputas de la OMC, es poco probable que el organismo pueda controlar el proteccionismo de Trump. Would Harris or Trump Be Better for the World Economy? by Shang-Jin Wei – Project Syndicate (project-syndicate.org)
Las opciones entre Trump II y Harris tienen consecuencias más extremas para otros analistas, como Stiglitz, porque estaría en juego no es solo la supervivencia de la democracia estadounidense, sino también una buena administración de la economía, con implicaciones de largo alcance para el resto del mundo: “Es imposible saber qué shocks enfrentará la economía estadounidense en los próximos cuatro años. Pero, dados los objetivos declarados de Donald Trump y las propuestas políticas malmeditadas, no cabe duda de que la economía de 2028 será mucho más fuerte, más igualitaria y más resistente si Kamala Harris gana las elecciones presidenciales de noviembre”. Lo que traería una victoria de Trump a la economía estadounidense by Joseph E. Stiglitz – Project Syndicate (project-syndicate.org)
Los posibles efectos comerciales en la Región
América Latina, como región, puede obtener algunos beneficios comerciales del desacoplamiento de China con EEUU y a nivel de país, como el caso de México ha obtenido ganancias desde 2017. Así, en 2023 México desplazó a China como principal país origen de las importaciones de EEUU (Gráfico 3).
Gráfico 3
México desplazó a China como principal socio importador de EEUU en 2023
En miles de millones de USD
Empero, no es una desviación de comercio fácil puesto que se compite en un mundo de cadenas de valor de múltiples interrelaciones. Una opción sería entrar a la “fábrica” de México donde tendría que competir con los países del sudeste asiático o llegar a hacer una propia “fábrica” proyecto que, como van las cosas, tardaría algunos años.
Hay que recordar que para América Latina estaría pendiente el TPP11 (Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico), que fue una de las primeras medidas de Trump al retirar a EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que en el contexto actual de la rivalidad con China puede ser una variante de la política exterior de Kamala Harris. Sin embargo, no hay todavía señales al respecto.
Otro punto pendiente de las relaciones de la región con EEUU están las medidas de bloqueo económico y el mecanismo de sanciones unilaterales y discriminatorias especialmente de carácter financiero. En su lista de sanciones de EEUU están tres países de la región: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Para Ariadna de la Rosa Mendoza: “Aunque parece que la palabra “sanción” es nueva en nuestro vocabulario, la Unión Europea ya se las había impuesto a Rusia en 2014 tras la anexión de Crimea y el conflicto del Donbás, y su fundamento jurídico no difiere en nada del mal llamado “Bloqueo a Cuba” que, en realidad, se trata de un embargo”. Informe-17.-Las-sanciones-en-el-derecho-internacional-publico-1.pdf (fundalib.org). El caso del embargo a Cuba, EEUU no ha hecho caso de las Resoluciones de las Naciones Unidas y mantiene su poder de veto. Es muy difícil que se de un cambio de política en el autodesignado sancionador global.
Las sanciones financieras son administradas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, mientras los controles de exportación son administrados principalmente por la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de Estados Unidos. El sitio web del Departamento del Tesoro de EEUU parece más un sitio de sanciones financieras que de información sobre los bonos del Tesoro. Su manejo burocrático a nivel de personas, países y empresas se parece más al Big Brother o el Gran Hermano de 1984 escrito por George Orwell.
Un tema relevante para algunos países de la región, como Chile, Bolivia, Argentina es el de la explotación del litio y la industrialización a la batería de litio que es parte de la disputa comercial y de los minerales estratégicos con China a nivel mundial y que tiene un ring propio como es Sur América. El reciente acuerdo de EEUU con Argentina: “Memorándum de Entendimiento (MdE) sobre Cooperación en Minerales Críticos” es una clara señal que la pelea recién está en los rounds preliminares. Para los funcionarios argentinos, este acuerdo es un paso más hacia un acuerdo con Estados Unidos que le permita al litio producido en el norte del país beneficiarse del Inflation Reduction Act, la importante política promovida por Joe Biden que otorga subsidios a proyectos enfocados a la transición energética. (Bloomberg Línea,Estados Unidos advierte sobre las conductas de China con el litio y afianza relación con Argentina).
Lo que preocupa no es el si la disputa por explotar un recurso natural como el Litio sino la Política Comercial Estratégica basada en fundamentos de la seguridad nacional donde se aplica un paquete de medidas contra o a favor de los participantes, que pueden ser incentivos o castigos comerciales como aumentar aranceles, otorgar preferencias comerciales, subsidios o establecer acuerdos en otras áreas que no tiene nada que ver con el Litio.
Del análisis realizado es muy difícil que, independiente quien gane la elección, pueda haber un punto de inflexión o un cambio en la tendencia de la Política Comercial Estratégica de EEUU basada en la seguridad nacional. Si gana Kamala Harris, que es mi favorita y apuesto por ella, la política sería “más educada”, que la política torpe de Trump II, pero lamentablemente, salvo error u omisión, no sería muy diferente, por lo que la región no debería esperar mucho, sino que debería tratar de definir algunos elementos comunes de una Política Externa o seguir, como siempre, cada uno por su lado, puesto que la salvación es individual.