Ya no importa el agua, los glaciares, ni la vida. La agenda ambiental pasa a estar relegada a los últimos lugares de la agenda de Gobierno.
La decisión unánime del Comité de Ministros al aprobar el proyecto “Los Bronces Integrado” de Anglo American, produjo un remesón en las organizaciones ambientales nacionales y territoriales que han estado ligadas a la protección de glaciares y que hasta ahora habían justificado el ir y venir del Gobierno ecológico del Presidente Boric. Pero sin duda con la aprobación de este proyecto se produce un cambio, la percepción es que ya no hay medias tintas en el gobierno, la decisión fue clara y evidente, y tal como lo dijeron los ministros de Hacienda y Economía, Mario Marcel y Nicolas Grau, lo que importa es promover la inversión y la activación económica. La agenda ambiental pasa a estar relegada a los últimos lugares de la agenda de Gobierno.
La aprobación de Los Bronces Integrado por la totalidad de los ministros, sin que las carteras de Medio Ambiente o Agricultura expresaran su opinión sobre la importancia de la protección de la naturaleza, hace suponer que detrás de esta aprobación hubo una tremenda presión y probablemente una negociación. Situación que se ve reafirmada con el contenido de la declaración del Ministerio de Medio Ambiente cuando aprobó el proyecto, en el cual se señala que “con exigentes condiciones” se aprobó el proyecto “Los Bronces Integrado”, lo cual resulta irrisorio si se lee el contenido de la nota de prensa. En este, el Comité destaca que se aumenta en un 150% la compensación de emisiones, equivalente al recambio de 70.000 calefactores, lo que realmente parece ridículo, pues en función del principio precautorio y preventivo lo primero que debería hacer la autoridad ambiental es evitar las emisiones y no compensarlas. El recambio de calefactores puede ser un fracaso total, pues una cosa es que a las personas les cambien los equipos y otra es que los usen, dado el incremento en las cuentas de la luz. Tampoco se sabe cuál será el impacto de este recambio de calefactores en la región Metropolitana, que tiene más de 7 millones de habitantes. Además, como es sabido, la normativa ambiental de Chile en relación a material particulado es laxa y no sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero el Gobierno ha preferido establecer una medida de recambio de calefactores en vez de tener una buena normativa ambiental. Las medidas que tienen que ver con emisiones de material particulado, por decir lo menos, son blandas y la aprobación del Proyecto es avalada por un informe -poco- técnico del subsecretario del Medio Ambiente, pese a que el proyecto había sido rechazado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en mayo del año pasado.
En lo que dice relación con los glaciares las medidas son cripticas, pues se pide a la empresa un plan de alerta temprana de glaciares, pero nadie -excepto la empresa- entiende qué significa esta medida y qué es lo que van a monitorear. Por ello lo que se percibe es una improvisación total frente al lobby que puedan haber ejercido Anglo American y otros actores económicos al Comité de Ministros. Sin duda, lo que el Ministerio del Medio Ambiente debería haber hecho es condicionar la aprobación a una adecuada evaluación, independiente del impacto que tendrá el proyecto Los Bronces Integrado en la destrucción y/o afectación de glaciares, cosa que no fue abordado de forma adecuada en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Como sabemos, el Presidente Boric y su programa de Gobierno se proponían como prioridad, abordar la crisis climática y la protección de glaciares, ya sabemos que no es así, como también vemos que el Gobierno y la ministra Maisa Rojas ya no toman sus decisiones basadas en la ciencia. Más aún, sabemos que la información técnica presentada por la empresa era insuficiente y los ministros que votaron la aprobación lo sabían, ya que desde Fundación Plantae y Fundación Terram les hicimos llegar información técnica sobre la afectación a los glaciares que provocaría este proyecto. Aquí no hay desconocimiento o inocencia, lo que importa es la inversión y la activación económica.
Pero la decepción y el dolor que provoca en las y los defensores ambientales es que la aprobación de este proyecto no fue adecuadamente evaluado por el Gobierno, y con ello se instala un sentimiento de frustración a lo que se suma la pérdida de credibilidad sobre el actuar de las autoridades ambientales. Tal como se ha dicho en las redes sociales, con esta aprobación se le pone una lápida al primer Gobierno ecologista de Chile, ya no hay duda de ello, se acabaron las interpretaciones. El Presidente Boric y su gabinete decidió destruir glaciares, afectar los cursos de agua, contaminar el aire de las regiones más pobladas de Chile y donde es más visible su decisión.