La Seguridad Humana no se reduce a la Seguridad Policial-Carcelaria

Cátedra UNESCO- Chile por la Tolerancia y la No Violencia

Viene el tiempo de las elecciones políticas: parlamentarias y presidenciales. Un tema determinante para las campañas respectivas es la cuestión de la Seguridad, tanto a nivel de distritos (en comunas y regiones) como en el marco general del país. Un enfoque progresista de la respuesta a este desafío macro de la convivencia social es situarse en el paradigma de la Seguridad Humana, donde la Seguridad Policial-Carcelaria es una parte del todo, pero no el todo. Esta distinción estratégica es crucial y prioritaria para pensar la política progresista de una manera distinta al discurso reaccionario. Ello no sólo en el plano argumentativo sino también en las propuestas de acción transformadora que se orienten a reducir los índices de la delincuencia en Chile y a la vez se avance, cualitativamente, en nuestro desarrollo humano. De manera que el programa presidencial del progresismo para el período que viene debe sostenerse en un planteamiento ético humanista, que sea más amplio y convocante que el de la derecha extrema, en el campo de la Seguridad. 

Cuestionamiento a la Seguridad Deshumanizada

Lo que ofrece la candidata Evelyn Matthei en materia de Seguridad es que las Fuerzas Armadas asuman el control de las fronteras del norte para impedir el narcotráfico; la expulsión de tres mil reos extranjeros, y la construcción de   cinco mega cárceles en el país, además de instalar campamentos fronterizos para procesar a migrantes ilegales (Ver: “Matthei presenta sus ejes programáticos”, biobiochile.cl).  José A. Kast precisa que es necesario construir una mega prisión en el desierto donde los reos por delincuencia cumplan penas de más de veinte años, vistiendo uniforme carcelario, sin derecho a visitas y sólo media hora diaria en el patio, y que él está dispuesto para asumir el costo de esta medida frente a organismos internacionales y activistas de derechos humanos (Ver:  partidorepublicanodechile.cl). Johannes Kaiser propone restablecer la pena de muerte, y además recomienda mirar a El Salvador para seguirle en cómo se solucionan las cosas, agregando que no le interesa el lloriqueo de las organizaciones proderechos humanos de los presos (Ver: “Kaiser y la pena de muerte”, cooperativa.cl). 

[Cómo no tener presente el cuento literario de Franz Kafka “En la colonia penitenciaria”, que tiene lugar en una institución penal donde con una máquina de tormento de agujas punzantes se graban los delitos cometidos por los reos en la piel de cada cual. /P.I]

Es paradojal que los candidatos de Derecha a la Presidencia, cuyas familias provienen de la significativa migración alemana a Chile, sostengan un discurso antimigrante y propongan campamentos de reclusión y castigo similares a los campos de concentración de otrora. En la actualidad las políticas carcelarias alemanas son un referente a seguir porque su enfoque es la rehabilitación de los presos con prácticas laborales supervisadas. La derecha extrema en nuestro país sostiene un racismo migratorio, toda vez que su rechazo está dirigido a la migración latinoamericana propiamente tal, por su preponderancia étnica de origen afro e indígena.  

La Seguridad con la que amenazan la y los presidenciables de la Derecha es una seguridad deshumanizada que se aparta de los principios, valores y transversalidad temática de la Seguridad Humana que las Naciones Unidas ha establecido en sus acuerdos y declaraciones. En particular la ONU aprobó una Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional donde aborda la amenaza de los grupos estructurados para la comisión de delitos transnacionales, considerando en ello el tráfico de drogas, la trata de personas, la delincuencia cibernética, el contrabando de armas y el blanqueo de dineros. 

Los delitos contra la vida de las personas y sus bienes deben ser ciertamente sancionados y las víctimas o sus familiares directos recibir una reparación por los daños sufridos. La o las personas culpables no pueden eludir su responsabilidad por la comisión de ilícitos señalados en cuerpos legales que estén acordes con los principios de la responsabilidad humana que han sido definidos internacionalmente. A los victimarios no se les puede arrebatar su condición de ser personas con derechos, aunque estén privados de libertad, por lo cual las penas deben ser justas y orientarse a la rehabilitación de quienes cumplan una condena. El trato carcelario tiene que cuidar que las prisiones no sean lugares de comisión de otros delitos y que las condiciones carcelarias sean dignas. Y es que finalmente los indicadores cuantitativos de reclusión no deben quedar separados de los indicadores cualitativos de rehabilitación.  

El enfoque de Seguridad Humana para Naciones Unidas

 Chile integra la Organización de Naciones Unidas desde que este organismo internacional se fundara, y nos cabe el reconocimiento de haber sido parte redactora de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Y cómo no destacar, con un agradecimiento permanente, que este organismo denunciara el régimen violador de los Derechos Humanos que fue la Dictadura impuesta a sangre y fuego, en septiembre de 1973. En el tiempo actual nuestra pertenencia como Estado Democrático a la ONU nos compromete con sus valores y principios, los cuales se expresan en sus documentos más importantes de referencia. Ya el año 2012 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Instituto Internacional de Derechos Humanos dieron a conocer una Guía Metodológica para la aplicación de un Enfoque de Seguridad Humana en América Latina. 

En este importante documento se destacan siete dimensiones estratégicas que deben comprometer, a los Estados y la Sociedad Civil, en la Seguridad Humana, tanto en lo preventivo como en su respuesta social y política a las inseguridades presentes. La “dimensión personal”, donde las amenazas son la violencia física, delitos, terrorismo y violencia doméstica, y específicamente los homicidios, las pandillas delictivas, el crimen organizado, la violencia contra las mujeres y el deterioro de las condiciones de vida derivadas de vivir con temor.  La “dimensión económica” considerando el alto porcentaje de personas jóvenes que no estudian ni trabajan; la precariedad laboral que afecta a las mujeres trabajadoras, así como a la población indígena y afrodescendiente como parte de los sectores de menos ingresos. La “dimensión alimentaria” que se expresa en la mendicidad y las consecuencias del hambre oculta y la desnutrición. La “dimensión salud” con las enfermedades sin asistencia médica y la desnutrición infantil. La “dimensión ambiental” que incluye la degradación del medio ambiente, el agotamiento de recursos, desastres naturales y contaminación. La “dimensión comunitaria” que lleva consigo las amenazas y prácticas de discriminación social, racial, por género y orientación sexual entre otras. Y la “dimensión política” que se refiere a la represión de los opositores y la violencia dominante por parte de los órganos estatales, así como la corrupción, la baja representatividad y el debilitamiento del sistema político. 

Seguridad Humana y Pueblo Mapuche

Recientemente se dio a conocer el Informe Final de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento (2025) siendo ésta una iniciativa que fue apoyada en su comienzo por un arco político partidario transversal. Claramente la población en las regiones propias de la territorialidad mapuche mantiene, por largos años, una convivencia interétnica compleja, con una sociabilidad cotidiana de encuentro, en un abanico de actividades comunes, y, paralelamente, subsiste la omnipresencia de un conflicto histórico. El Informe señalado constituye un valioso aporte para una propuesta de entendimiento en el marco de la Seguridad Humana. Explícitamente se afirma que “la población de estos lugares ha sido testigo de numerosos hechos de violencia contra la propiedad, atentados en campos y zonas agrícolas, con quema de plantaciones, maquinarias, iglesias, colegios y medios de transporte, lo que ha afectado a la población mapuche y a las familias que decidieron tener su vida en estas regiones”. Entre sus recomendaciones propone el reconocimiento constitucional para los pueblos indígenas con sus formas propias de organización, junto con la revitalización cultural y lingüística de las comunidades, más medidas orientadas a la representación política y la participación.

 No cabe duda de que es un tema complejo al punto de que el Consejo de Todas las Tierras, que asume como objetivo principal la autodeterminación del pueblo mapuche ha planteado sus cuestionamientos a esta propuesta. Mas no hay otro camino que el diálogo y entendimiento, con un sentido histórico de pasado, presente y futuro, donde la Seguridad Humana es una condición determinante para que sea viable.

Por una sociabilidad no-violenta

 En el medio latinoamericano nuestro país ha logrado implementar políticas de Desarrollo Humano que representan un avance significativo para enfrentar las inseguridades humanas en nuestra sociedad, pero subsisten retrasos y precariedades en las dimensiones señaladas por Naciones Unidas. En el tiempo que viene podremos conocer los programas presidenciales de las distintas candidaturas. No cabe duda de que el tema dirimente para la mayoría de las y los votantes será la Seguridad. El desafío es asumir ello desde la óptica de la Seguridad Humana en su sentido más amplio y comprensivo, y así contrarrestar creativamente a las candidaturas de la Derecha que buscan exacerbar el miedo social que los noticiarios dejan en el ámbito familiar. Un enfoque de Seguridad Humana situado en los desafíos de un desarrollo con democracia, justicia social y sociabilidad no violenta puede ayudar significativamente a orientar al conjunto de las personas que, al ejercer su derecho a voto en las próximas elecciones, serán ellas determinantes para nuestro futuro.

 En la próxima contienda electoral presidencial y parlamentaria la mayoría de las y los votantes se inclinarán por la alternativa que tenga la respuesta más motivadora y comprensiva en Seguridad. Lo que se afirma aquí es que una visión de Seguridad Humana amplia puede derrotar al reduccionismo de una Seguridad entendida sólo como Policial y Carcelaria. La Seguridad Humana es la mejor respuesta para todas las personas que pueden dar su apoyo a una visión de convivencia inclusiva -recuperando la sociabilidad barrial y la tranquilidad de las calles- para la realización de las metas personales y colectivas, en un marco de desarrollo equitativo y no violento en este país nuestro. 

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2 comments

Marqu mayo 15, 2025 - 7:03 pm

Es tiempo que la tolérancia y la no violencia se imponga en la politica

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Ligia Vásquez choque mayo 15, 2025 - 7:04 pm

Nada, decir que como siempre Francisco Estévez da en lo medular, la visión de seguridad Humana amplía , es la respuesta más acertada en este punto de tanto rabia, odio, falta de empatía humana, hay un trabajo de base que realizar en todo los puntos de Chile, la información, la educación popular son una fuente de poder

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