Ofensiva populista tecno emocional; consumismo y fragmentación del futuro.

por Sergio Canals L.

¿“Como puede ser que el pueblo vote a candidatos con intereses y políticas totalmente contrarios a los del pueblo (ciudadano)”?

En una democracia que muta a pasos agigantados, los políticos y las elites luchan por mantenerse en el poder. A espaldas de las masas desorganizadas e intensamente despolitizadas. Mayoritariamente, el pueblo parece votar fuertemente influenciados por los objetos de consumo emocionales, tecnológicos y mediáticos. Imaginan y sueñan soluciones para sus problemas prácticos de la vida cotidiana. El voto cristaliza sus deseos en un intento vano de fijar el azar controlando el futuro.

La democracia y la verdad, hoy día solo dispositivos tácticos, (no “bienes” tácticos). Al servicio de estrategias de poder político económicas. Se consumen candidatos e ideas como comida rápida (o “chatarra”). En un carrito de la esquina bajo un toldo de cualquier color. Consumen sombras irreales. Partidos consumidos, consumistas y consumidores del alma del pueblo. Desde hace un tiempo dejan de ser ciudadanos y se alimentan de una realidad que no es. Realidades subjetivas y micro fragmentadas en una diversidad solitaria espantosamente desigual. Las personas como objetos de consumo de una industria política decadente llena de cadáveres y muertos vivos. 

En Chile: La nueva pobreza. Casi tres millones de personas pobres. Un millón de personas en los campamentos. Seiscientos cincuenta mil personas sin trabajo remunerado. Invasión narco. Cuarenta mil personas tienen un patrimonio de más de un millón de dólares. Secuestros extorsivos, personas que desaparecen. Ejecuciones frías en las calles calientes.

Chilenos maestros de las “pillerías” mentirosas. Especialistas en cobrar bonificaciones y mal uso de beneficios legales. Derivas corruptas. “Me equivoqué”. Total, sabemos de los “perdonazos” implícitos y explícitos. Son “imposibles de fiscalizar o castigar”. Si “todos” lo hacen, “nadie” lo hace. Populismo popular. Justicia líquida y politizada.

El populismo es una teoría de la política y de la subjetividad que confía en la articulación discursiva de aquellas demandas que el orden liberal insiste en excluir”. Hoy estamos indefensos frente al tecno populismo popular emocional y político. Frente a una “ofensiva sensible” generadora de percepciones, emociones y sentimientos desestabilizadores: rabia, miedo, frustración y desesperanza. Un estrés permanente frente a la incertidumbre en un futuro fragmentado. Solo jirones de sentido imposibles de atrapar en moléculas digitales.

La lecto escritura, plagada de corazones y ja jajás, hunden al ser humano aún más abajo qué los encadenados en el fondo de la caverna de Platón”. Donde habitan las sombras. Corazones rojos, pero digitales. Dejaron de existir relatos reales sobre mundos personales. Sólo un flujo de signos e imágenes donde naufraga la imposible empatía presencial en partidos moribundos. Transmutación en personas sin cuerpos. Sin corazones que sangren llenos de dolor. Fuga existencial. De prójimos fraternales a ser sólo objetos digitales. Disueltos en las redes y aplicaciones tecno diversificadas.

 “La profunda incomprensión del otro, provoca miedo, pánico e inseguridad”. Engendra monstruos capaces de toda violencia. Emerge un pueblo “con el “corazón estallado”. “Electrocutados” tecno digitalmente. ¿Pasto fácil para los monstruosos populismos de izquierdas y derechas radicales y extremas? Pretenden llenar un centro vacío. Sombrío. Sin la singularidad creativa del deseo. Donde se devela la razón de la sin razón de un voto. Una huella del futuro. Siempre un acto poético. 

Referencias: “La ofensiva sensible” de Diego Sztulwark; “Fragmentar el futuro” de Yuk Hui; “Corazones estallados” de J.P. Zooey.

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