“Juguemos a las peleas” (Dos niños). Mejor, a “Top Gun” (Adultos).
Después de los bombardeos. “Primero la fuerza, después la paz”. (Primer ministro israelita felicita a E.E.U.U.).
Asomándose al abismo. Fragmentos sobre el mañana del conflicto judío palestino y antisemitismo. Fragmentos en medio de una Tercera Guerra Mundial post moderna y tecnológica. Mañana fragmentada nuclearmente. “Esa engañosa palabra mañana, mañana, mañana nos va llevando por días al sepulcro, y la falaz lumbre de ayer ilumina al necio hasta que cae en la fosa…” (Macbeth).
¿Mañana habrá un Estado de Israel, conviviendo en paz con un Estado Palestino? “El genocidio de Gaza”. Relato en sentido figurado. Semántica y sintaxis desfiguradas = “Eliminación del Estado judío”. Gaza antes de la guerra de los “siete días”, era “controlada” por Egipto. Después, Israel ofreció devolverla junto a los otros territorios conquistados a cambio de un compromiso de paz. Los vencidos se negaron. Israel sigue en guerra. Su máquina de guerra es religiosa. Comienza en la historia errante e identitaria de un pueblo “elegido” por Jehová. Para intentar entenderla y comprenderla, habría que leer y vivir la Biblia, la Torá, el cristianismo. el Corán y el islamismo. La historia del Medio Oriente. Historicidad que finaliza y renace con sus guerras y el genocidio nazi. Eterno retorno a la “tierra prometida” y la creación ¿imposible? de una nación en dos naciones.

En Gaza vive la mayor cantidad de niños mutilados por bombardeos. Hezbolah y Hamas son grupos terroristas. No movimientos sociales. Los rehenes no han sido devueltos. Israel está en guerra protegiendo su territorio. Irán es un estado Teocrático donde las libertades son conculcadas especialmente en la mujeres y diversidades sexuales. Israel es un estado democrático con una religión. La judía. Palestina lucha por su estado nación. Irán está en guerra con Israel. Guerra = muerte de las personas y la verdad. Guerra= guerra de culturas y sus relatos. Guerra = deshumanización. Guerra = vulneración de derechos humanos. Reflejo de una cultura incapaz de cautelar una convivencia diezmada por las pulsiones agresivas y autodestructivas.
El relato: Conflicto entre palestinos e israelitas = “un gran relato simplista entre el bien y el mal”. Cualquier guerra termina en un relato simplista entre el bien y el mal. Del lado israelita: “el militar, y el colono fanatizado y armado”; del lado palestino: “niños que mueren, mujeres y ancianos que sufren”. Ausentes del relato están las familias israelitas y palestinas que conviven, y desean vivir en paz. Ausentes están el combatiente palestino qué lanza cohetes y los combatientes israelitas que se defienden. Pero muy presentes en el relato están la prensa y los medios tecnológicos actuales.

La creencia de que los judíos de Israel son el símbolo de los males del mundo y de la violación de los derechos humanos: Símbolos del nacionalismo, militarismo, colonialismo, y el racismo. Ideas centrales del “progresista” occidental (y chileno). La “cuestión judía” de Marx. Relato que “se difunde desde la izquierda a los campus universitarios e intelectuales, incluyendo a los periodistas… y trasladado a las decisiones editoriales”. Y políticas. (“El militante de izquierda incorporó la bandera palestina y la kufiya, (pañuelo tradicional del oriente)”. Antisemitismo violento.
Los relatos ocultan y muestran. Develan una realidad abisal inalcanzable. Pero la palabra implosiona impotente, con la fuerza de una explosión nuclear. Con la ilusión de la verdad. Impotente frente a cada muerte real, especialmente en la niñez.
Pareciera que este relato de muerte está inscrito en la eternidad, sin final. ¿Será que Yahvé, Jesucristo y Alá no pueden convivir en paz?
Referencias: Macbeth; Freud, “El malestar de la cultura”; Marx “La cuestión judía”; Alejo Shapire “La traición progresista”; Jorge Peña “La política de la Identidad”.