Vulgares y devorados; los muertos viajan veloces

por Sergio Canals L.

Al sepulcro. A la “casa del ser”. Al bar de la mentira.

Serás devorada”. Le dice la muerte a la democracia. Democracia cada vez más vulgar. Vulgaridad de la política que será devorada a mordiscos. Vulgaridad del dinero que nunca será devorado. Se regurgita y re devora. Te devora. Te vomita. Devorados por el deseo y el placer, que dura lo que dura. Un instante de des honestidad eterna. De velado nuevamente.

Tiempos de la honestidad denostada. Y la verdad devorada. Honestidad de la autenticidad subjetiva.  Honestidad solo emocional. Honestidad del sí mismo. Honestidad identitaria.  De la honestidad, a la carta. Del bolsillo trasero del pantalón. Honestidad performática. Honestidad vacía. Honestidad sombría. Vulgaridad de la justicia. Vulgaridad de las elites.  Verdad mnémica. Anémica. Vulgaridad des honesta. Des honestidad vulgar. Como un muerto descabezado y la nariz rota.

El muerto cayó de bruces” (y se quebró su nariz vulgar). Honestidad magra de la muerte. De boca en boca caen los muertos. Mordiendo el polvo. Sobre el asfalto. Asesinos “mágicos” los devoran. Devoran la tierra mientras son devorados. Calles pavimentadas con sangre oscura. Los niños juegan a la pelota con coágulos. En los campamentos juegan con cadáveres. Son ellos mismos. Transparentes de frío opaco. Mirada negra del futuro. Los muertos se ven blancos en la oscuridad. “Con una extraña luminosidad”. Luminarias de pobres y marginados. De los cafés nocturnos. Digo la verdad.

“¡La verdad! ¡Ensueño exaltado de un dios! ¡Qué importa a los hombres la verdad!”. Qué les importa a los políticos. Que le importa a la justicia. Que le importa al poder. Que le importa a un asesino. El dinero la compra. Los muertos maldijeron la verdad al morir. “Era falso todo cuanto habían conocido.” Habían inventado una des honestidad no honesta. Máscara trágica. Des hecha.  Casa del ser quemada con una molotov.

Nietzsche eructa exaltado y golpea con su martillo y martirio: “El hombre yace en la codicia, lo insaciable, lo despiadado, lo asesino, en la indiferencia ante su ignorancia, y la vez suspendido en sueños en la espalda de un tigre”. Me gusta más en las espaldas de Dios. Creo que mejora su sentencia interpretada interpretante. Se percibe menos vulgar. Se levanta mareado. Se va sin pagar. Dicen que dijo, y creyeron escuchar. Eso sí, sin estar seguros “-Me voy a veranear a Chile. Allí me siento como en casa”. (Hay registros de cámaras, pero borrados). No recuerda nada. Ni la mujer que amó.  Mejor que te calles. Sueños de inmortalidad en un celular. En su camino tambaleante, escribe con un spray rojo: “Muera Cristo”. Lo firma con su Nick “El resucitado anarco”. (Se subasta en millones de dólares). 

¡La verdad ha muerto! Asesinada por nosotros. Por el crimen organizado y el poder político. Económico y tecnológico. Enterrada en un funeral narco. Su sepulcro vandalizado. La muerte es el único acto honesto que queda. Se muere de verdad. Cuando uno está bien muerto. Solo el arte y el amor la resisten. El Amor de verdad. 

Seguimos de viaje. Vulgares y devorados. En la vida lenta y la muerte veloz. Muertos de frío.

Aportes del filósofo Nietzsche, la poeta y escritora Han Kang, y el poeta Tomás Harris.

También te puede interesar

Deja un comentario